Carta al director de José Tomás Moliner publicada en EL PAÍS de 1 de octubre de 2013:
No es conceder las becas sólo a los alumnos con mejores notas. No. Se explica sencillamente desglosando el coste de la matrícula (universitaria) en dos partes: una, el precio de la matrícula, que equivale al 30% de su coste; y la otra, la "subvención" que concede el Estado a todos para sufragarla, la cual equivale al restante 70% del coste.
Al alumno que tiene dinero para pagar la matrícula (30% del costo), el Estado le concede la "subvención" suplementaria del 70% (como una superbeca) sin más condiciones para matricularse. Pero el alumno que no puede pagar su matrícula se queda sin estudiar; o bien se le discrimina y se le exige una nota superior que al resto para concederle la beca, la cual lleva la "subvención" suplementaria.
Es decir, para recibir la "subvención", que representa la mayor parte del coste (o sea una "superbeca") no se exigen condiciones especiales de esfuerzo y calidad; pero para recibir la beca, que es menos de un tercio del coste, se exigen notas especiales superiores. Por lo que la discriminación no es académica, sino económica.
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